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Simplicidad y Limpieza de formas en una casa unifamiliar

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Dar valor a los espacios según las necesidades de una familia moderna, en un diálogo constante con el paisaje. En el interior, la decoración escoge la simplicidad y la limpieza de formas.

 

Luminosidad y paisaje

El proyecto, iniciado en 2012, nace junto a un terreno escarpado entre las colinas de la provincia de Treviso. Un esquema cerrado hacia la calle, como si fuera un castillo, con aperturas reducidas al mínimo y una presencia monumental respecto al otro extremo, que da al jardín y no es visible desde el exterior, más íntimo y privado, donde dominan enormes cristaleras. Las superficies de piedra se alternan con otras enlucidas donde los elementos se mimetizan y se integran perfectamente en la fachada, como por ejemplo la puerta basculante, cuyo revestimiento tiene el mismo acabado que la fachada, en color marrón, utilizado para la fachada interior, que es el único frente visible de la parte subterránea.

La entrada principal está a nivel del primer piso del volumen habitable, más alto que la calle, al que se accede mediante una escalera que sigue y acompaña el perfil de la colina. La marquesina, elemento importante para filtrar la luz, se convierte en una terraza de servicio y divide los dos espacios recubiertos de piedra de cuarcita en tonos marrones y grises, en contraposición con el resto del edificio, de color crema claro.

La clienta, de acuerdo con la proyectista, quiso dar valor al paisaje exterior, caracterizado por campos y, especialmente, colinas, mediante grandes vidrieras que permitieran mantener un estrecho y continuo contacto visual con él. La casa nace en una posición privilegiada: desde aquí se ven las tres iglesias de los pueblos cercanos, situadas en tres colinas distintas, que se han convertido en el eje focal sobre el que se diseñan los pasillos que distribuyen la primera planta y las aberturas de las habitaciones. Una postal natural que cambia con las estaciones y que se inmortaliza desde la escalera y desde el pasillo de la zona de noche, entre la zona de los padres y la de los hijos.

En la primera planta, el contacto con el exterior es tanto visual como físico desde la entrada: la planta de la casa recupera la idea original de las villas del Véneto, donde, al entrar en el zaguán, se pasa directamente al jardín. Para ello se usan grandes aperturas que permiten una gran luminosidad natural, especialmente en el frente meridional, donde la chimenea divide el espacio.

La simplicidad del interior

“Pactos claros, amistad larga”. Así sintetizan la arquitecta Carniel y la clienta su relación, en realidad una larga amistad nacida en el pupitre de la escuela que ha permitido un intercambio franco y directo. Una reunión inicial definió los objetivos del proyecto hasta el más mínimo detalle, basándose en la construcción de una casa básica, de formas limpias y coherente de estética, que respetara las necesidades de una familia con soluciones estéticas pero, al mismo tiempo, funcionales.

La simplicidad de las formas también es evidente en la elección de los cerramientos exteriores y en los detalles de los acabados interiores, motivo por el que se optó por las puertas correderas sin tapajuntas coordinadas con perfiles a ras de pared. También para la iluminación se han escogido piezas pequeñas, minimalistas e integradas, como las tiras de luz que marcan los volúmenes escenográficos y las subdivisiones de la zona de la cocina, la sala y la escalera. Este último elemento se convierte en el eje del volumen, delimitando el acceso al piso superior y a la zona de noche. El suelo veneciano, sutil y claro, refleja la filosofía de la casa, combinando la tradición con un lenguaje moderno y minimalista.

Espacios grandes, pocas subdivisiones

Otra petición específica de la clienta fue tener una escalera trapezoidal diferente a las típicas rampas. Por coherencia, la escalera interior y exterior tienen la misma inclinación. La primera, de piedra tunecina, tiene un color cálido y una textura que recuerda la arena, suave al tacto y de fuerte impacto. “Ella y solo ella es la protagonista” corrobora la arquitecta, “y por eso he escogido un marco de latón en lugar del perfil típico, por coherencia con los acabados del suelo de la primera planta”. Los pasillos se aprovechan con armarios empotrados. Los espacios de la zona de noche y los baños se han reducido para dejar más espacio al ambiente de la planta baja, donde la familia pasa la mayor parte del tiempo. En la planta baja se ha instalado un baño descarado e impactante respecto al de la planta superior, más minimalista y con el acceso delimitado por una puerta corredera oculta sin acabado exterior. También se ha aprovechado al máximo el sótano, donde se han instalado grandes ventanas para obtener la máxima luminosidad.

La elección de los colores

Se ha puesto mucha atención en la elección de tonos neutros y de la continuidad de los materiales en el interior y el exterior, donde se han colocado marcos, bordillos y antepechos en piedra piacentina. “Los muebles y la vida de los habitantes darán color a una casa cuyo envoltorio se ha diseñado para acompañar y no ser protagonista” remarca Chiara Carniel. La excepción es la sala de estar, donde se juega con el uso del color, especialmente el color turquesa, el preferido de la clienta. Cada habitación tiene su tonalidad, que se refleja en la cama y en la pintura de una de las paredes.

La arquitecta

Nacida en 1981, Chiara Carniel se licenció en arquitectura en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia. Su interés por el diseño de exteriores, de jardines y espacios públicos, la llevó a seguir estudiando en el extranjero, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) donde realizó un máster de arquitectura del paisaje. Durante su carrera ha participado en varios concursos. En 2013 consiguió el primer premio del concurso “Aménagement d’une zone d’activités d’interêt général”, del ayuntamiento de Auderghem (Bruselas).

Entre sus experiencias más significativas, destaca la participación en el equipo que, en colaboración con el Estudio Mario Botta, se ha ocupado de la realización y la recalificación de la ex zona Appiani de Treviso. Profesional liberal desde 2009, actualmente colabora con el estudio P&C Engineering y con el estudio de arquitectura CM Associati, ambos de San Vendemiano, Treviso.

En este proyecto, Chiara eligió los productos ECLISSE para dar un valor añadido al diseño. La posibilidad de combinar incluso el rodapié con la puerta a ras de pared fue determinante para la creación de una pared perfectamente uniforme, homogénea y sin interrupciones. En particular, el perfil ECLISSE Syntesis® Rodapié se ha estudiado para ser compatible y unirse directamente a los contramarcos de la línea ECLISSE Syntesis® Collection para que no haya interrupciones entre el rodapié y la puerta. El perfil en aluminio se puede colocar tanto en paredes de enlucido como en paredes de cartón yeso.

Utilizó los productos ECLISSE también nel proyecto 165 mc: Una casa unifamiliar con espacios luminosos y funcionales

Información proyecto:

Proyecto: Casa unifamiliar de nueva construcción
Realización: 2017
Lugar: San Fior, Treviso
Superficie: 310 m2 en tres niveles
Dirección de obra: arquitecta Chiara Carniel (acabados interiores y dirección), arquitecta Monia Minetto (estructura) – CM Associati, Treviso
Productos ECLISSE: ECLISSE Syntesis® Line abatible, medidas 800 x 2100 mm, marco para puertas abatibles a ras de pared, ECLISSE Syntesis® Line corredero 800 x 2600 mm, contramarco para puertas correderas sin acabados exteriores con puerta de cristal y kit de cristal, ECLISSE Syntesis® Line corredero 800 x 2100 mm, ECLISSE Syntesis® Rodapié, perfil para rodapié a ras de pared.